Defender lo ..... ¿indefendible?

A veces, demasiadas veces, defendemos ante otros lo que para ellos es indefendible.

Y por que lo defiendo??

porque quiero, porque puedo, porque debo, porque sé y porque tengo tiempo

Quiero defenderlo porque yo elijo mis batallas y mis guerras y aunque el otro lo sienta como una perdida de tiempo yo decido que es mi guerra y como tal la defiendo.

Puedo porque me amparan mis razones y mis opiniones, equivocadas o no, mías, reales o no, mías y como para mí son reales y son certeras, puedo defenderlas, exponerlas y batirlas en duelo, porque son mías porque me nacen de adentro.

Porque debo, y no es un debo de deuda. Es un deber, una obligación conmigo misma y mis ancestros, porque soy lo que soy y no aparento, porque si aparento me engaño, me defraudo y me pierdo a mi misma en un silencio macabro, en la apatía.

Porque sé explicar las razones, buscar las palabras que expresen lo que quiero y si no las encuentro, mis neuronas bucean buscando "esa" palabra en concreto que deje claro lo que pienso.

Porque tengo tiempo, porque el tiempo cada uno lo llena o gasta a su manera y la mía es ocuparlo con razonamientos. Razonar, entender, explicar, saber o elucubrar para mí no es perder el tiempo.

Y doy mis razones y explico mis miedos y los entiendan o no...... ahí los dejo.

Además de míos, ahora son del viento tu los recoges los ignoras o los lanzas bien lejos, por mi parte .......... el trabajo está hecho.

Cuidades que huelen

El sentido que nos lleva más lejos, que nos hace viajar a nuestros recuerdos dicen que es el olfato.

Y las ciudades, las provincias, las comunidades autónomas tienen un olor especial para cada uno de nosotros.

A mi Lugo me huele a pan recién hecho y a tierra recién segada.

Pontevedra me huele a leche cortada, flores marchitas y habitaciones cerradas.

Orense huele a queimada, a castañas en la hoguera y a matanza

Asturias, huele a tierra mojada .... pero .......

Avilés me huele a sidra compartiendo el vaso con amigos, que es como hay que beber la sidra.

También me huele a cola de contacto, un olor desagradable para la mayoría que a mi me lleva a mi infancia porque así olía mi casa, y porque con cola de contacto me siento unida a ella.

Huele a Alada, aquella colonia que ya no existe y que nunca podré sustituir, como no se sustituyen los afectos.

A café recien hecho, a té compartido, a croissant a la plancha y a comida casera.

Avilés además suena, suena a gaitas, suena a risas, suena a confidencias, suena a VIDA.

Avilés siempre es refugio, esperanza, retorno, rencuentro.

Gijón huele a sardinas asadas, algodón de azúcar y puerto de mar.

Oviedo huele a tubo de escape, a escape mirando atrás, a apariencias y soledad.

Madrid, huele a adrenalina, a miedo, a esperanza, prisas y sosiego, a esperas, a churros a porras y a mil cosas más.

Andalucía huele a nenuco, a sangre y a hiel, a tempestad.

Valencia tiene el olor de la libertad, aire fresco, brisa suave, calma chicha, huele a fuego que renueva.

Valencia suena a mascletá, a fiesta a trabajo a risas y a paz.

me sale de las tripas.

Cuando algo nos sale de las tripas no podemos razonarlo, solo sentimos una necesidad imperiosa, incontrolable y a veces incongruente con nosotros mismos de hacer eso que "nos sale de las tripas".

Razonamos con la cabeza, pensamos que deberíamos callar y sin embargo...... las tripas mandan y oyes tu voz como si fuese de otro, "te oyes decir" aquello que ni apretando los labios hasta casi la sangre consigues que se quede dentro de ti porque .........te salia de las tripas.

y mis tripas gritan hasta ensordecer mi silencio.
y mis tripas no callan aunque les diga que ahora no tengo tiempo.
y mis tripas que se despiertan de un largo letargo me piden caña, me piden esfuerzo.
y mis tripas susurran que ya esta bien de prudencia.
y mis tripas vuelan.
y mis tripas no esperan,
y mis tripas lloran si no las atiendo
y mis tripas me piden que vuelva al ruedo.

y mis tripas gritan
-habla
-opina
-sueña
-cuenta


y mi cabeza grita....... olvida el miedo.
y mis ojos buscan donde esta el viento
y mis labios callan asintiendo.
y mis pies se mueven aun quedándose quietos
y mis labios sonríen hacia adentro.


y mis tripas mandan sobre mis dedos.


y mis dedos obedecen con cierto recelo

y unen letras que casi ni pienso

porque mis tripas dicen

llego el momento.