jueves, 21 de abril de 2016

Cuidades que huelen

El sentido que nos lleva más lejos, que nos hace viajar a nuestros recuerdos dicen que es el olfato.
Y las ciudades, las provincias, las comunidades autónomas tienen un olor especial para cada uno de nosotros.

A mi Lugo me huele a pan recién hecho y a tierra recién segada.
Pontevedra me huele a leche cortada, flores marchitas y habitaciones cerradas.
Orense huele a queimada, a castañas en la hoguera y a matanza


Asturias, huele a tierra mojada .... pero .......
Avilés me huele a sidra compartiendo el vaso con amigos, que es como hay que beber la sidra.
También me huele a cola de contacto, un olor desagradable para la mayoría que a mi me lleva a mi infancia porque así olía mi casa, y porque con cola de contacto me siento unida a ella.

Huele a Alada, aquella colonia que ya no existe y que nunca podré sustituir, como no se sustituyen los afectos.
A café recien hecho, a té compartido, a croissant a la plancha y a comida casera.

Avilés además suena, suena a gaitas, suena a risas, suena a confidencias, suena a VIDA.
Avilés siempre es refugio, esperanza, retorno, rencuentro.
Gijón huele a sardinas asadas, algodón de azúcar y puerto de mar.
Oviedo huele a tubo de escape, a escape mirando atrás, a apariencias y soledad.

Madrid, huele a adrenalina, a miedo, a esperanza, prisas y sosiego, a esperas, a churros a porras y a mil cosas más.

Andalucía huele a nenuco, a sangre y a hiel, a tempestad.

Valencia tiene el olor de la libertad, aire fresco, brisa suave, calma chicha, huele a fuego que renueva.










Valencia suena a mascletá, a fiesta a trabajo a risas y a paz.



2 comentarios:

  1. me gusta como describes tus olores de las ciudades, claro que para cada uno olores distintos según vivencias.

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  2. esa es la gracia que para cada uno, cada ciudad huele distinto.....

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